martes, 22 de mayo de 2012

Las rémoras de España

La baja productividad española (factor clave para explicar un crecimiento económico sostenible), ha encendido las alarmas de los pensadores económicos del siglo XXI. El que tengamos un modelo de crecimiento apoyado por sectores poco innovadores, no ayuda a mejorar dicha tasa.


Este hecho, ha sido una rémora en el comportamiento de la tasa de competitividad de productos españoles, perjudicando en gran medida una balanza exterior maniatada hace mucho tiempo a causa de este problema y sostenida por el turismo con la incertidumbre que ello conlleva, debido a la dependencia del sector a una coyuntura internacional favorable y a factores externos como el clima. El grave error se centra en incorporar masivamente los factores productivos sin centrarnos en cómo utilizarlos de manera eficiente. De ahí datos tan increíbles como que un alemán produce en cinco horas lo mismo que un español en nueve.

Así España, con una tasa de productividad 1% anual, se encuentra apoyada únicamente por, 1,2 puntos porcentuales en intensidad I+D, mientras que la tasa alemana crece a mas de 1,5% apoyada por más de 2,5 puntos porcentuales de intensidad I+D.

Centrémonos un poco más en el estudio de la productividad y desglosémosla en sus tres factores explicativos:




1.       La acumulación del capital humano, medido vulgarmente en años de escolarización, con una media más baja que la de los países de la OCDE.

Aunque parezca extraño, la verdadera carencia de España en este sentido es la falta de estudiantes de formación profesional y enseñanza media. En cambio de universitarios vamos sobrados, tan sobrados que sobran (son los llamados problemas de sobrecualificación). El que tengamos demasiados estudiantes de tercer ciclo implica que los jóvenes formados (debido al exceso de oferta de mano de obra cualificada), no aporten las tasas productivas que deberían, debido principalmente a la temporalidad y a la alta rotación en este sector.

La fuga de cerebros puede ser un síntoma de esta enfermedad, perder el capital cualificado puede marcar el principio del fin en una economía desarrollada.

2.       El capital físico. Aquí se ha realizado una importante sobreinversión. Pero el principio de “cuanto más mejor” no siempre funciona. La cantidad de línea de alta velocidad en un país de orografía peculiar como España puede ser similar (tomando un ejemplo agrónomo), a realizar un regadío en una tierra yerma y desnivelada. Por mucha agua que tengamos, las mejoras obtenidas no compensaran a la inversión realizada.

El problema es que esa sobreinversión se ha realizado con un endeudamiento excesivo del sector público, que ha derivado en una crisis de la deuda española. Si lo acompañamos con un endeudamiento de las entidades financieras monstruoso, el coste del déficit ahoga una economía maltrecha con los motores de la inversión y el consumo fuera de servicio y el motor de emergencia (gasto público), sin una gota de gasolina.

El problema es que al realizar políticas restrictivas para atajar el déficit, la capacidad para activar los motores de inversión y consumo es limitado. La sobreinversión nos ha llevado a un punto de no retorno

3.       La tecnología medida en la inversión en I+D+i por cada país , en la que nos hemos mantenido durante una larga temporada en el furgón de cola del grupo de países desarrollados. El problema lo tenemos en la escasa inversión en I+D+i privado. La presencia abrumadora de pequeñas empresas en el tejido productivo español, con escasa dimensión para emprender actividades sofisticadas, es nuestra particular orografía empresarial y el verdadero problema a atajar. Se debe de concienciar y apoyar al sector empresarial español, especialmente a las PYMES.

Conocemos la correlación positiva existente entre I+D+i, productividad, competitividad y crecimiento económico, y que sin aumentos de todos ellos es imposible recuperar la senda del crecimiento sostenido y vigoroso. Ese debe ser el camino adecuado para modernizar nuestra estructura productiva y converger en este difícil momento con las economías occidentales.

1 comentario:

  1. "El problema es que esa sobreinversión se ha realizado con un endeudamiento excesivo del sector público, que ha derivado en una crisis de la deuda española. "

    Permítame discrepar de esta aseveración, la cual es directamente falaz. Si tomamos los datos macros de España antes del estallido de las subprime y la crisis de deuda europea veremos claramente que su afirmación es incorrecta. La nación crecía al 3,5 % PIB, superhabit de Estado, deuda pública inferior al 3% bolsa de la SS llenita, por tanto las finanzas públicas estaban saneadas. El problema viene cuando se marca el turning point del precio de la vivienda y estalla la burbuja inmobiliaria, otrora motor de la economía. En otras palabras, el problema ha venido del sector privado y en concreto del sobre endeudamiento de familias y sector no financiero, por no hablar de nuestras queridas excajitas. Para muestra un botón:
    "Uno de los problemas a los que ha tenido que enfrentarse España para remontar la grave crisis que atraviesa desde 2008, es el fuerte endeudamiento privado que sufren tanto familias como empresas. La razón entre el crédito al sector privado y el PIB casi se triplicó en poco más de diez años, habiendo pasado desde el 65% que representaba en 1995 hasta alcanzar el 170% en 2010."
    http://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_de_Espa%C3%B1a
    Por tanto, aunque a lo largo de la crisis el Estado haya incurrido en emisiones masivas de deuda para socorrer al sector financiero, no podemos afirmar de ningún modo que haya sido su intervención vía obra pública o endeudamiento la causante de este dislate.

    Por cierto, interesante el blog. Un saludo
    Alexander

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